30 diciembre 2010

Armonía


Aún escucho aquellas campanas que alguna vez albergaron ilusión en mi corazón.
Si se presta atención,
Se puede oir un suave tintineo en el crepitar
Como la historia de aquel muñeco triste que alguna vez leí.

 
El sonido es suave y melodioso cuando la esperanza lo envuelve,
En tardes como hoy,
Es un ruido que a opinión de la gente
Es ridículamente patético.

 
Prefiero pensar en que un día, espero no muy lejano,
Se vuelva a escuchar armoniosamente
Como las cuerdas centellantes del piano que me despertaban
Grandes ensoñaciones cuando era niña.

Recuerdo que me gustaba imaginar
Las notas como extrañas aves ligeras
Que se unían y se hacían uno solo con el cielo.

 
Son gratos recuerdos… pero los recuerdos, recuerdos son.
Tienen su propia vida;
crean una nueva vida, la inventan.
Como ese suave tintinar que,
Si se presta atención,
Se oye como las campanas que algún día trajeron el latir a mi corazón.

La Mujer De Los Sueños De Nadie

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