13 noviembre 2011

Abandonados



Tocamos la noche con las manos
escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
sobándola como la piel de una oveja negra.

Nos hemos abandonado al desamor,
al desgano de vivir colectando horas en el vacío,
en los días que se dejan pasar y se vuelven a repetir,
intrascendentes,
sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.

Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad,
sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas,
el hueco de un sacabocados en el pecho,
el recuerdo y el ruido como dentro de un caracol
que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad
y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.

¿Cómo volver a recapturar el tiempo?
¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
hacerlo retroceder acobardado
por nuestra inquebrantable decisión?

Pero… quién sabe si podremos recapturar el momento
que perdimos.
Nadie puede predecir el pasado
cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado
el nombre de la calle
donde alguna vez pudimos encontrarnos.


Gioconda Belli

12 noviembre 2011

Dame tu brazo, amor, y caminemos



 
Dame tu brazo, amor, y caminemos,
dame tu mano y sírveme de guía.
Ya no quiero saber si es noche o día:
mis ojos están ciegos. Avancemos.

Dame tu estar, amor, en los extremos,
tu presencia y tu infiel sabiduría:
por los caminos de la sangre mía
ya no sé si es que vamos o volvemos.

Y no me digas nada. No es preciso.
Deja que vuelva al pórtico indeciso
desde donde no escucho ni presencio:

Todo fue dicho ya, tan a menudo,
que ahora tengo miedo, amor, y dudo
de aquello que está al borde del silencio.

Julia Prilutzky

Lao Tsé

01 noviembre 2011

A la Puerta del Templo


Música: Faun-Ólafur Arnalds


Para hablar del Amor purifiqué mis labios con el fuego sagrado, pero no pude encontrar palabras adecuadas.
Cuando conocí el Amor, las palabras se diluyeron en un lánguido jadeo y el canto de mi corazón en un profundo silencio.

¡Oh vosotros que me habéis preguntado acerca del Amor, vosotros, a los que persuadí de sus misterios y maravillas, ahora, desde que el Amor me envolvió con su velo, tengo que preguntaros sobre el rumbo del Amor y su mérito.
¿Quién puede responder a mis preguntas? Pregunto sobre lo que hay en mi interior: quiero enterarme por mi mismo.
¿Quién de vosotros puede revelarme a mí mismo mi yo más profundo, mi alme a mi alma?

Decidme, por el amor de Dios, qué es la llama que arde en mi corazón devorando mis fuerzas y anulando mi voluntad.

¿Qué son esas suaves y ásperas manos escondidas que aprietan mi alma; qué es ese vino que, mezcla de felicidad y dulce pena, baña mi corazón?

¿Qué son esas alas que rondan mi almohada en el silencio de la noche, manteniéndome despierto mirando nadie sabe a qué?

¿Qué es ese algo invisible en el que clavo la mirada, qué ese algo incomprensible que rumio, qué el sentimiento que no puede ser percibido?

En mis visiones hay un sentimiento más hermoso que el eco de la risa y más arrobador que la felicidad.

¿Por qué me rindo a un poder desconocido que me mata y me vuelve a la vida hasta que apunta a la aurora y llena mi habitación con su luz?
[...]

¿Qué es lo que llamamos Amor? Decidme, ¿qué es ese secreto escondido en el tiempo que afecta todos los sentidos?

¿Qué es esta vigilia que de la vida y la muerte hace un sueño más extraño que la vida y más grave que la muerte ?

Decidme, amigos, ¿alguno de vosotros no despertaría del sueño de la Vida si el Amor tocara su alma con la punta de su dedo?
[...]

Fragmento de "Pensamientos y Meditaciones" Khalil Gibran