28 agosto 2017

Amar a Destiempo







Qué triste es amar a destiempo.
Así te quiero, a destiempo.
Así me quieres, sin tiempo.
Es un amor con contratiempos;
porque cuando tú vienes, yo ya me he ido;
y cuando yo vengo, tú ya te has ido.
Así es el amor, el tuyo y el mío,
entregado e inmenso, pero siempre distraído.

Y así,
después de amores frustrados,
besos desahuciados
y corazones afligidos,
es un amor casi de luto,
totalmente irresoluto.
Por demás… marchito.



 La Mujer de los Sueños de Nadie








17 julio 2017

Te quiero



Te quiero, pero ¿dónde te quiero?
¿En mi bolsillo o debajo de mi almohada?
¿En mi cama o dentro del ropero?
¿En una sortija o en una cajita dentro de mi pecho?

Ya sé, siempre te digo que te quiero,
pero no sé dónde te quiero.

Tal vez te quiero a mi lado
como amigo fiel en mis batallas;
o quizá, de la mano
sin mentiras sin murallas.

Tal vez te quiero adelante
en este sendero que es la vida;
o sólo te quiero atrás
forjando mi tortuoso pasado.

Siempre te digo que te quiero,
y ni yo sé dónde te quiero.
Pero, ¿y tú?
¿Sabes dónde me quieres?


Arriba, abajo, 
atrás o delante.

                             Lo único que sé…

                                                        es que te quiero,
                                                                                      y te quiero conmigo.




La Mujer de los Sueños de Nadie



28 julio 2015

Opio en las Nubes II



"Por un momento sólo por
un momento cerramos los ojos y pudimos ver el mar
sentimos su viento fresco sobre nuestra frente sentimos
la arena bajo los pies y entonces me cogiste la mano me
cogiste con los ojos cerrados nos encontramos en
medio de un leve paréntesis de oscuridad y deseo
nuestras oscuridades se estrellaron en medio del ruido
del tren que iba hacia el mar hacia la arena y fuimos
felices pero el tren pasó y nos dejó solos
descompuestos tal vez tristes en la mitad de una tarde
absurda solos tú y yo solos aislados con los ojos
cerrados solos con nuestros pequeños cielos
restringidos dentro de nuestros cuerpos."


Opio en las Nubes- Rafael Madiedo Chaparro (fragmento)

22 julio 2015

Opio en las Nubes I



     



"Voy a llenar cada silencio de labial rojo
y cada ruido del día del mundo del universo voy a
terminar de romper mi corazón todos me dicen que mi
corazón son como mis calzones rotos que huelen a
noches cansadas a manos que se escabullen por mis
nalgas buscando un poco de calor un poco de silencio
tal vez un poquito de ruido ven para acá Max déjame
ver tus ojos déjame ver si también tienen los sueños
vueltos mierda como los míos ven Max estréllate contra
mi carne destrózame córtame en pequeños pedacitos y
llévatelos y bótalos cerca de aquellos árboles donde
nos veíamos y cuando terminábamos los días en medio
de la metralla del tedio y del silencio ven Max y toca
mis nalgas tócalas pálpalas recórrelas termina de
romper mis calzones blancos y llenos de rotos tristes
llenos de agujeros de nicotina y licor amor descalabro
café negro no cierres la ventana Max quiero que
escribamos un poema con nuestra sangre sobre ese
cielo azul tan ausente tan callado tan distante ven para
acá Max házte a mi lado porque hace frío Max súbete
en mis piernas súbete en mis pesadillas y no te bajes
súbete en mis pechos y estíralos muérdelos llénalos de
babas de sudores de olores de colores de cometas de
gritos y de miedos pero no te vayas toma un poco de
chocolate dame la mano dame muchos besos por todas
partes quiero que recuerdes mi olor cuando pases por
las avenidas por los bares por los parques que
recuerdes mi canción rota y demente en cada hoja de
cada árbol quiero que sepas que siempre estaré
esperándote cerca de un espejo para que toques mi
cuerpo por detrás por encima por los lados por la
tangente con tus manos con tus dedos y que siempre mi
pequeño Max escribiré tu nombre en el espejo mientras
me tocas mientras me inyectas toda tu oscuridad en mi
oscuridad mientras te desangras en mi sangre mientras
desbocas todo tu silencio en mis gritos salivales salvajes
atroces remotos locos rotos no te vayas ven para acá
no cierres la ventana deja que el aire termine de
revolcar los corazones deja que el viento seque mis
calzones rotos y mis vasos rotos y mis papeles deja que
el viento seque la sangre que se ha acumulado entre la
nicotina de mis cigarrillos ven acércate quiero echarte el
humo de mi cigarrillo en tu cara en tus palabras deja
que el humo azul te opaque lo que estás pensando y
sígueme contando sobre aquellos días cuando teníamos
los corazones envueltos en papel regalo y no había
mucho que hacer simplemente caminábamos bajo los
árboles comíamos helados de vainilla después los días
se fueron achicando se fueron encogiendo se fueron
rompiendo frente a nuestros ojos los días pasaban bajo
los zapatos y nosotros los pisábamos alegres contentos
felices irresponsables claro que te acuerdas..."


Opio en las Nubes- Rafael Chaparro Madiedo (fragmento)

11 agosto 2014

Ángelus



Quién me iba a decir que el destino era esto...
Ver la lluvia a través de letras invertidas,
un paredón con manchas que parecen prohombres,
el techo de los ómnibus brillantes como peces
y esa melancolía que impregna las bocinas.

Aquí no hay cielo,
aquí no hay horizonte.

Hay una mesa grande para todos los brazos
y una silla que gira cuando quiero escaparme.
Otro día se acaba y el destino era esto.

Es raro que uno tenga tiempo de verse triste:
siempre suena una orden, un teléfono, un timbre,
y, claro, está prohibido llorar sobre los libros
porque no queda bien que la tinta se corra.



Mario Benedetti 

26 mayo 2014

Tú No Sabes Amar






Tú no sabes amar; ¿acaso intentas
darme calor con tu mirada triste?
El amor nada vale sin tormentas,
¡sin tempestades… el amor no existe!


Y sin embargo, ¿dices que me amas?
No, no es el amor lo que hacia mí te mueve:
el Amor es un sol hecho de llamas,
y en los soles jamás cuaja la nieve.


¡El amor es volcán, es rayo, es lumbre,
y debe ser devorador, intenso,
debe ser huracán, debe ser cumbre…
debe alzarse hasta Dios como el incienso!


¿Pero tú piensas que el amor es frío?
¿Que ha de asomar en ojos siempre yertos?
¡Con tu anémico amor… anda, bien mío,
anda al osario a enamorar los muertos!



Julio Flórez


01 febrero 2013

Freydoon Rassouli








Rassouli es un artista visionario, conocido por su estilo único de Fusionart. Nació en Isfahán, Irán y emigró a Estados Unidos cuando era joven. En la actualidad reside en el sur de California.


Guiado por su tío Sufi, Rassouli creció escuchando y leyendo poesía mística mientras estudiaba con maestros de la pintura, y ansiosamente buscando volúmenes de obras artísticas de diversas tradiciones y estilos. Él recorrió los museos de arte, ganó premios por sus pinturas, y viajó por Europa clásica cuando era adolescente. Él vino a los Estados Unidos en 1963 para tener la libertad de explorar su disco artística. A continuación, estudió bellas artes y la arquitectura en la Universidad de Nuevo México y la psicología ambiental en la Universidad del Sur de California.

Aunque practicó la arquitectura de una época, la pintura finalmente se convirtió en su pasión abrumadora y su profesión. A través de los años, Rassouli ha creado cientos de lienzos, en su estilo único de Fusionart, que invitan al espectador en el poder creativo del corazón y de la maravilla y la belleza del alma. Sus expresiones artísticas están radiantes con un vivificante y cautivadora energía que despiertan la imaginación. 
Más allá de la belleza exterior, pinto belleza femenina interior para abrir la visión espiritual de la 
a los espectadores a experimentar la inspiración que me motivó a crear las pinturas.


http://www.rassouli.com/

19 noviembre 2012

Silente





El día que amanezca,
y cuando entreabras los ojos
y mires mi silueta desnuda en la ventana,
observando el horizonte 
después de una noche 
en que el amor no tuvo otra opción
mas que consumirse hasta las cenizas... 

Ese día, sabrás
si soy la mujer dormida
que te espera noche y día
tras tus sueños y tu ventana.


La Mujer De Los SueÑos de Nadie


14 octubre 2012

El Viento De Tu Ausencia




La noche se va tras de ti
dejándome tu sabor arcano
sin decir nada… 


Sólo se queda el susurro del viento
que acaricia mi espalda fría,
y en el lóbulo siento tu caricia viajera.


La palabra oculta tras el tintero de tu alma
y la llaga de la soledad.
Me duele la noche lejana de los dos,
silva el viento de tu ausencia 
y lloro lágrimas vacías de ti. 


Llueve afuera y te extraño en la penumbra,
la alcoba está tibia como si te acabases de ir,
como si tus pasos la hubieran acariciado
bajo la tenue luz de tu mirada.


Camino lento como para no sentir, 
como para no extrañarte, 
pero ya te extraño 
y en mis sueños no estás 
¿Por qué?...
¿A qué sabe tu ausencia? -me pregunto-
A dolor quizás… 
cuando te vas y no vienes
y me quedo sintiendo el beso del pasado.


Pero la noche me trae tu fresco aliento, 
y me repongo, 
y ya no lloro, 
porque muy dentro
siento que te veré pronto…


Alicia Pérez Hernández

16 junio 2012

Sólo Miedo, Nada Más



Esta noche escribo porque tengo miedo.
Miedo de haber encontrado lo
que tanto anhelo 

y que sea insuficiente para mí.

Miedo de vivir la vida que yo quiero,
y después…  sólo nada.


Miedo de lo que vendrá,
de lo que está por venir.

Sólo miedo. Nada más.


No me da miedo vivir,
me da miedo lo que viene después de haberlo vivido.


Miedo a que el exceso de independencia
termine en soledad.
En una soledad inmensa hasta los huesos.
Y de repente descubrir, que ese no era el camino.


Irónicamente, la muerte no me da miedo,
sólo digamos que queda como el último recurso
cuando esta curiosidad tan grande
se haya saciado.
¿Cuándo será eso? Tal vez unos años,
quizás nunca.

La Mujer De Los Sueños De Nadie

04 mayo 2012

La única pareja posible...

Cansancio



Quien pudiera dormirse, como se duerme un niño;
sonreirle al ensueño del goce y el dolor,
y soñar con amigos y soñar el cariño,
y hundirse , poco a poco , en un sueño mayor.

Y cruzar por la vida sonambulescamente,
los ojos muy abiertos sobre un mundo interior,
con los labios sellados, mudos eternamente,
atento sólo al ritmo del propio corazón...

Y pasar por la vida sin dejar una huella...
Ser el pobre arroyuelo que se evapora al sol...
Y perderse una noche, como muere una estrella
que ardió millares de años, y que nadie la vió.

Carlos Mondaca

13 abril 2012

Robert Doisneau


Fotógrafo francés, nacido en Gentilly en 1912. Murió en París en 1994.

Recibió la formación de grabador litográfico y tipógrafo en París. En 1950, Doisneau buscaba material para cumplir con un encargo de la revista estadounidense America´s Life, interesada en los enamorados de París. De ahí saldrá la serie Besos y su obra más significativa: El beso. La fotografía muestra de forma misteriosa una pareja besándose frente al ayuntamiento de París.

La foto se convirtió en un icono reconocido en todo el planeta. El trabajo recorría toda Francia y Estados Unidos con gran éxito, y le abriría las puertas en el extranjero. En 1951 expone en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Es un beso que simbolizó una multitud de cosas: el amor, París como ciudad romántica y representó una época de exaltación del sentimiento.

El ojo de Doisneau logró algunas de las más bellas páginas de la historia de la fotografía...


El Beso









09 abril 2012

Arena y Espuma



Siempre estoy vagando en esta playa
Entre la arena y la espuma.
La marea borrará las huellas de mis pies
y el viento esparcerá la espuma.
Pero el mar y la playa continuarán por siempre jamás.
[...]

Apenas ayer me sentía una partícula
oscilando sin ritmo en la espera de la vida.
Ahora sé que soy la espera, y toda
la vida palpita en rítmicos fragmentos
en mi interior.

Me dicen, en su vigilia:
"Tú y el mundo en el que vives no sois
mas que un grano de arena en la
infinita playa de un mar infinito."

Y yo les digo, en mi sueño:
"Soy el mar infinito, y todas las palabras
no son  mas que granos de arena
en mi playa."

Khalil Gibran

06 abril 2012

El Ruego



Señor, Señor, hace ya tiempo, un día
soñé un amor como jamás pudiera
soñarlo nadie, algún amor que fuera
la vida toda, toda la poesía.

Y pasaba el invierno y no venía,
y pasaba también la primavera,
y el verano de nuevo persistía,
y el otoño me hallaba con mi espera.

Señor, Señor; mi espalda está desnuda,
¡haz estallar allí, con mano ruda
el látigo que sangra a los perversos!

Que está la tarde ya sobre mi vida,
y esta pasión ardiente y desmedida
la he perdido, ¡Señor, haciendo versos!


Alfonsina Storni

22 marzo 2012

Lo Único Eterno


Las verdades de ayer son hoy mentira,
las de hoy acaso lo serán mañana?;
la incorregible vanidad humana
siempre creyendo razonar, delira.
Como Nerón cantando ante la pira
en que convierte a la ciudad romana,
ciega destruye o cínica profana
lo que, poco antes, ensalzó la lira.
Y así, al través de todas las edades,
siempre abrasada por un fuego interno,
buscó la humanidad nuevas verdades,
y halló que en todo tiempo, -joven tierno-
en aldeas, en campos y ciudades,
sólo el Amor es en la tierra eterno.

Guillermo Blest Gana

11 marzo 2012

Iracunda


Absurdo es el esperar una respuesta
de algo que no lo tiene...

Descarnar mi cuerpo y alma quisiera ahora,
con las garras del desprecio,
la ira y la obstinación.

Humillación sentida
ante tan más larga espera...
donde los silencios inundan los huecos
de esta frágil resignación.

Iracunda me he sentido a morir...
con mi orgullo desplomado,
el carácter denigrado
y mi corazón envilecido.

Que ni el lobo ni el toro
jamás sintieron tal furia un día,
que el de una mujer enardecida,
consumida por el coraje
y el orgullo herido.

La Mujer De Los Sueños De Nadie

26 febrero 2012

No Me Dejaron Ser


No me dejaron ser, que de haber sido
y en la íntima conciencia estar resuelto,
al sentir el no ser de haber nacido
en su mismo fulgor me hubiese vuelto.


No me dejaron ser en mi sentido,
y de mi torpe inexistencia absuelto,
quedarme como el Sol, siempre encendido,
y en mi propia virtud siempre disuelto…

Sin inquirir de mí me derramaron
y sin tener fulgores me encendieron,
en esta carne absurda me forjaron;
y hoy cuanto más me miro en lo que fuera
menos me busco en dar lo que me dieron
¡por acudir a ser lo que quisiera!


Baltasar Izaguirre Rojo

20 febrero 2012

A contra hora



El amor ya no es mi quimera,
Ni mi mayor anhelo,
mucho menos queda algo
De lo que antes fuera.

La resignación ahora me aguarda,
La ilusión ya no entra en mi vida,
Soledad es lo que mi pecho guarda
que ya no queda lugar para la dicha.

Pasan los minutos…
Pasan una a una cada hora.
El tiempo ya no es mi amigo,
Es una guerra a contra hora.

Es una bomba a contra tiempo,
Las ganas de luchar se han ido,
Ya no sé ni lo que soy
Ni mucho menos,
  si voy o ya he venido.

Dualidad…
dualidad de la existencia,
Impotencia no descrita,
Soledad antes no dicha,
Poco menos reemplazada.

Un día de estos estallará la bomba,
Un día de estos acabará esta tortura,
Un día de estos cesará mi vida.
Un día de estos… un día de estos…

Que la mujer terminará por tirarse al río.


La Mujer de Los Sueños de Nadie

01 febrero 2012

Carta







Con letras ya borradas por los años,
en un papel que el tiempo ha carcomido,
símbolo de pasados desengaños,
guardo una carta que selló el olvido.

La escribió una mujer joven y bella.
¿Descubriré su nombre? ¡ No, no quiero!
pues siempre he sido, por mi buena estrella,
para todas las damas caballero.

¿Qué ser alguna vez no esperó en vano
algo que, si se frustra, mortifica?
Misterios que al papel lleva la mano,
El tiempo los descubre y los publica,

Aquellos que juzgáronme felices
en amores; que halagan mi amor propio,
aprendan de memoria lo que dice
la triste historia que a la letra copio:

                                     Dicen que las mujeres sólo lloran
cuando quieren fingir hondos pesares,
los que tan falsa máxima atesoran,
muy torpes deben ser o muy vulgares.

Si cayera mi llanto hasta las hojas
donde temblando está la mano mía,
   para poder decirte mis congojas,
                                          con lágrimas mi carta escribiría.

                             Mas si el llanto es tan claro que no pinta,
                         y hay que usar de otra tinta más oscura,
                la negra escogeré, porque es la tinta
         donde más se refleja mi amargura.

Aunque no soy para soñar esquiva
sé que para soñar nací despierta.
Me he sentido morir, y aún estoy viva;
Tengo ansias de vivir, y ya estoy muerta.

                                     Me acosan del dolor fieros vestigios.
                                   ¡Qué amargas son las lágrimas primeras!
                                  Pesan sobre mi vida veinte siglos,
                               y apenas cumplo veinte primaveras.

                            En esta horrible lucha en que batallo,
                           aun cuando débil tu consuelo imploro,
                        quiero decir que lloro y me lo callo,
                      y más risueña estoy cuando más lloro.

                  ¿Por qué te conocí? Cuando temblando
                de pasión, sólo entonces no mentida,
           me llegaste a decir: ¡ te estoy amando
       con un amor que es vida de mi vida!

   ¿Qué te respondí yo? Bajé la frente;
  triste y convulsa, te estreché la mano,
 porque un amor que nace tan vehemente,
es natural que muera muy temprano.

Tus versos para mí conmovedores
los juzgué flores puras y divinas,
olvidando, insensata, que las flores
todo lo pierden, menos las espinas.

   Yo, que como mujer, soy vanidosa,
     me vi feliz creyéndome adorada,
         sin ver que la ilusión es una rosa
              que vive solamente una alborada.

                       ¡Cuántos de los crepúsculos que admiras,
                          pasamos entre dulces vaguedades,
                           las verdades juzgándolas mentiras,
                             las mentiras creyéndolas verdades!

                                  Me hablabas de tu amor, y absorta y loca,
                                  me imaginaba estar dentro de un cielo,
                                  y al contemplar tus ojos y tu boca
                                     tu misma sombra me causaba celo.

   Al verme embelesada al escucharte,
          clamaste,-aprovechando mi embeleso-,
     “Déjame arrodillar para adorarte”,
         y al verte de rodillas te di un beso.

     Te besé con arrojo, no se asombre
   un alma escrupulosa o timorata:
                     la insensatez no es culpa. Besé a un hombre,
   porque toda pasión es insensata.

                Debo aquí confesar que un beso ardiente,
aunque robe la dicha y el sosiego,
es el placer más grande que se siente
cuando se tiene un corazón de fuego.

Cuando toqué tus labios fue preciso
             soñar que aquel placer se hiciera eterno.
Mujeres: es el beso un paraíso
                   por donde entramos muchas al infierno.

                     Después de aquella vez, en otras muchas,
apasionado tú, yo enternecida,
quedaste vencedor en esas luchas
tan dulces en la aurora de la vida.

                 ¡Cuántas promesas, cuántos devaneos!
                       El grande amor con el desdén se paga;
                           toda llama que avivan los deseos,
                                                     pronto encuentra la nieve que la apaga.

Te quisiera culpar y no me atrevo;
es, después de gozar, justo el hastío;
yo, que soy un cadáver que me muevo,
del amor de mi madre desconfío.

Me engañaste, y no te hago ni un reproche,
era tu voluntad y fue mi anhelo;
reza, dice mi madre, en cada noche;
y tengo miedo de invocar al cielo.

                                   Pronto voy a morir; esa es mi suerte.
                         ¿Quién se opone a las leyes del destino?
                     Aunque es camino oscuro el de la muerte,
¿quién no llega a cruzar, ese camino?

                                 En él te encontraré; todo derrumba
                             el tiempo, y tú caerás bajo su peso:
                        tengo que devolverte en ultratumba
                   todo el mal que me diste con tu beso.

¿Mañana he de vivir en tu memoria?
En aquella región quizá sombría
mostrar a Dios podremos nuestra historia.
Adiós... Adiós... hasta el terrible día.



Leí estas líneas y en eterna ausencia
esa cita fatal vivo esperando...
Y sintiendo la noche en mi conciencia,
guardé la carta y me quedé llorando.

 
Juan de Dios Peza