27 enero 2011

Dolores del mundo



Nada hay fijo en esta vida fugaz: ¡ni dolor infinito;

ni alegría eterna; ni impresión permanente; ni

entusiasmo duradero; ni resolución elevada que

pueda persistir la vida entera! Todo se disuelve en el

torrente de los años. Los minutos, los innumerables

átomos de pequeñas cosas, fragmentos de cada una

de nuestras acciones, con los gusanos roedores que

devastan todo lo que hay grande y atrevido... Nada

se toma en serio en la vida humana: el polvo no merece

la pena.


Debemos considerar la vida cual un embuste

continuo, lo mismo en las cosas pequeñas como en

las grandes. ¿Ha prometido? No cumple nada, a menos

que no sea para demostrar cuan poco apetecible

era lo apetecido: tan pronto es la esperanza quien

nos engaña como la cosa esperada. ¿Nos ha dado?

No era más que para recogérnoslo. La magia de la

lontananza nos muestra paraísos, que desaparecen

como visiones en cuanto nos hemos dejado seducir.


La felicidad está siempre en lo futuro o en lo pasado,

y lo presente es cual una nubecilla oscura que el

viento pasea sobre un llano alumbrado por el sol.

Delante y detrás de ella todo es luminoso, sólo ella

proyecta siempre una sombra.
 

Fragmento de "El amor, las mujeres y la muerte" de Arthur Schopenhauer

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