Absurdo es el esperar una respuesta
de algo que no lo tiene...
Descarnar mi cuerpo y alma quisiera ahora,
con las garras del desprecio,
la ira y la obstinación.
Humillación sentida
ante tan más larga espera...
donde los silencios inundan los huecos
de esta frágil resignación.
Iracunda me he sentido a morir...
con mi orgullo desplomado,
el carácter denigrado
y mi corazón envilecido.
Que ni el lobo ni el toro
jamás sintieron tal furia un día,
que el de una mujer enardecida,
consumida por el coraje
y el orgullo herido.
La Mujer De Los Sueños De Nadie
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